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25 de agosto de 2008

Comida Chilanga



Cualquiera que sepa algo de México reconoce de inmediato que su comida es increíblemente diversa y aún cuando no se sepa gran cosa aún cuando lo conocido no sea autentico todos saben tres palabras fundamentales de México y su comida: Taco, Chile y Tequila

El D.f. es pues el paraíso de la autentica comida mexicana, lo es por contar con cualquier cantidad de comida, desde restaurantes caros hasta los puestos callejeros que abundan en la ciudad y es que en cada cuadra hay un lugar para comer.

Aquí la “masa” se crea y se transforma haciendo de la vitamina “T” una comida formada por “antojitos”, aperitivos seguidos de aperitivos que nos satisfacen hasta decir ya no más. Tortas, tacos, tamales, tlacoyos, tortillas, tlayudas, tostadas, y muchos más que sin T existen.

La comida del D.F. llena de color, de peligro, de incertidumbre, de leyendas urbanas, como los tacos de perro; pero con muy buena salsa cuyos ingredientes son el secreto indescifrable del éxito; mas de 100 variedades de chiles existen, desde los inofensivos hasta los realmente corrosivos.

Inventos chilangos a la hora de comer hay muchos, las bolsas de plástico que cubren los platos, el papel de estraza para envolver la comida para llevar y que sustituye a las servilletas, las bolsas con agua colgadas que según sirven para que no haya moscas, la piña voladora de los tacos “al pastor”, el perro callejero que corrobora la calidad y la no toxicidad de la comida, el anafre, el comal, el limón que se le pone prácticamente a todo, desde la cerveza y hasta la sopa, y es que aquí hasta los limones son diferentes, limones verdes que saben tan bien con sal.

Aguacate, chocolate, papayas, insectos, tunas, nopales, huitlacoches, maíces de colores, frijoles, tortillas, epazote, cilantro, pápalo, quelites, pitahayas, chiles, granadas jícamas, tejocotes y guayabas, sabores que quedan en la memoria de aquel que los haya comido, comida salada, dulce o agridulce, combinamos los sabores de las mas diversas maneras, salsa de chocolate con chile, agua de pepino con limón, ensaladas con frutas, y bebidas de verduras, guisados con flores y cactus, todo es posible, en México, cocinar se vuelve como pintar; pintamos cuadros llenos de colores, en donde los sabores se balancean y nos hacen engordar de lo felices que nos sentimos, se vuelve un vicio en donde en cada esquina encontramos un “diller”.

Están debajo de la tierra, en el metro, en las alturas dentro de los edificios, escondidos dentro del bosque, y junto a cada lugar que implique hacer fila, oficinas, escuelas, hospitales, en las paradas de autobús, o afuera de los bancos, se dice que en México nadie se muere de hambre y es verdad, con el mercado más grande del mundo “la central de abastos”, con las miles de fondas y sus comidas corridas, en el D.F. se respira ese olor a comida por doquier.

Sin miedo a equivocarme puedo decir que la comida es lo que más extraña un mexicano que sale del país, la nostalgia del sabor pesa casi tanto como la nostalgia de la familia, todo esto puedo decirles acerca de la comida en D.F.; pero como describir un sabor o un olor, hay cosas que se tienen que experimentar, vengan y coman!!.
¡¡ A comer y a tragar que el mundo se va a acabar!! .

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