Soy el dolor de cabeza de arch...

Hace unos días estaba desvelándome viendo en la tv El Club de la Pelea (una de mis películas favoritas por cierto) y hoy se me ocurrió postear algo con ese humor.

Soy el dolor de cabeza de arch, vivo escondiéndome y a la espera de atacar, carcomo el desde el interior en los nervios y me despierto por múltiples factores y aunque aviso, es inevitable mi llegada.

Todo comienza con las pequeñas chingaderas del día, el pendejo del micro que te pisa, o la vecina que no entiende que la banqueta no es basurero, el perro que no se calla y el camión de la basura que pasó en chinga, la contaminación y el cigarro del día o la comida pospuesta por falta de tiempo o ganas de cocinar, el exceso de azúcar, el ruido en el metro y tantas obligaciones cotidianas.

Me ensaño cuando pasa el tiempo y arch deja que me expanda entonces después de unas horas, me río de los analgésicos que me hacen lo mismo que las lunetas, he llegado y yo domino la situación.

Soy el dolor agudo en la mañana o la pesadez antes de dormir, el pensamiento constante de que la computadora no queda bien y de que quién sabe como estará el clima el fin de semana, la preocupación por la gripe de su mujer y por que la comida carísima de los gatos ya se va a terminar, el pensamiento del dinero para los regalos de cumpleaños o del invertido en el material para el trabajo que quien sabe si recuperará

Soy el dolor de cabeza de arch que junto con la tensión y el estrés (mis compadres del alma) habitamos en los hombros ayudados por las mil pendejadas que carga todos los días de qui para allá

Soy el dolor de la cruda del fin de semana que con la luz que se cuela por la ventana y el sabor amargo en la boca taladra la cabeza pidiendo paz, soy ese dolor que no de haya, que camina y da vueltas que demanda obscuridad, silencio, un Dalay un masaje o algo más.

Soy ese achaque cotidiano derivado de la responsabilidad, la edad y de tener por jefe, por vecino (y hasta por presidente) a un pendejo que coopera y conspira conmigo contra arch.

Soy el dolor que desaparece con el tiempo, con harta medicina, con un largo baño o con un dolor más grande… soy aquel que siempre regresará… ja ja ja